Siento en este instante que mi vida es como un mar agitado en tempestad, y tengo miedo. Temo no superar esta situación que estoy viviendo; es más fuerte que yo. Ha llegado a mi alma la aflicción en una forma inesperada y siento que he caído en un abismo infinito y oscuro que me aleja de mis sueños; veo mi mañana oscuro, no encuentro la salida.
Mi mente está inquieta, cientos de pensamientos se agitan dentro de ella e invaden mi corazón con sentimientos y emociones dolorosas. Y mi cuerpo permanece como inerte pues no sabe a qué vos seguir, me siento paralizado. Hay momentos que quiero huir pero aunque lo intente, el dolor no cesa porque está dentro de mí.
No lo puedo dejar atrás: Corre a la misma velocidad que mi cuerpo, mi alma y mi espíritu. Cuando huyo me acompaña y cuando me doy por vencido y me dejo caer, también está allí este sentimiento.
Necesito tanto del Señor pero temo al mismo tiempo que no me escuche, porque también estoy sintiendo enojo contra Él por no haber evitado el dolor que estoy sufriendo. Mi vida está en tormenta, la luz de mi voluntad se apaga, no encuentro solución humana a mis problemas, más... he caminado por las sendas de Dios, he visto su mano de misericordia y poder. Debo buscar el amparo de Dios... debo buscar su refugio y su palabra...
"Sálvame, oh Dios, porque las aguas me han llegado hasta el alma. Me he hundido en el cieno profundo y no hay donde hacer pie, he llegado a lo profundo de las aguas, y la corriente me anega. Cansado estoy de llorar, reseca mi garganta; mis ojos desfallecen mientras espero a mi Dios" (Salmo 69:1-3).
El salmo 46 expresa el poder de Dios:
"Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos aunque la tierra sufra cambios, y aunque los montes se deslicen al fondo de los mares, aunque bramen y se agiten las aguas, aunque tiemblen los montes con creciente enojo.
Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios, las moradas santas del altísimo. Dios está en medio de ella, no será sacudida; Dios la ayudará al romper el alba. Bramaron las naciones, se tambalearon los reinos: Dio El su voz y la tierra se derritió. El Señor de los ejércitos está con nosotros; nuestro baluarte es el Dios de Jacob.
Venid, contemplad las obras del señor, que ha hecho asolamientos en la tierra; que hace cesar las guerras hasta los confines de la tierra; quiebra el arco, parte de lanza, y quema los carros de fuego. Estad quietos, y sabed que yo soy Dios; exaltado seré entre las naciones, exaltando seré en la tierra. El señor de los ejércitos está con nosotros; nuestro baluarte es el Dios de Jacob" (Salmo 46).
Tu vida es una constante lucha. Luchas externas de un mundo convulsionado que oprime, enfermedades, necesidades materiales. El tiempo gira rápidamente y exige más de lo que se puede dar. Basta recordar un instante lo que es la batalla personal de cada día.
Más hay otra batalla y es la de tu mundo interior. Durante tu restauración, la tierra de tu alma sufrirá cambios y esto puede producirte inseguridad y temor.
En esta lucha es necesario conocer y aferrarse al Dios de poder y soberano, reposar y confiar en Él. Pensar que sólo estás caminando en tu testimonio futuro que un día podrás contar victorioso, porque Dios está en tu lucha.
Dios quiere que reposes y confíes en El, durante tu lucha espiritual. Por eso en el salmo 46 el te enseña diferentes maneras en que Él puede manifestar su soberanía y poder para darte la victoria: Dios puede manifestar su poder y soberanía por medio del poder de su voz, que es su palabra.
"Estad quieto y"...
Es una condición, porque con afán no se puede oír lo que él está diciendo a tu corazón. El te dice: descansa, yo soy tu defensor: tu "Sabed que yo soy Dios":
El Señor sabe que situación y su intervención poderoso se convertirá en un testimonio de su poder y soberanía. Tú eres su testimonio de victoria, su intervención será para honra y gloria de su nombre.
Por eso para que recuerdes las palabras del Señor, durante tus luchas para liberarte de tus viejas ataduras, medita en las palabras que salen de la boca de Dios": "Estad quieto, conoced que yo soy Dios"... Conociendo las maneras en que Dios puede manifestar su soberanía y poder en tu vida estas listo para vencer.
Cuando reposas y confías en su poder y soberanía vences el temor, la ansiedad, la preocupación, tus pensamientos y emociones destructivos que te inducen al pecado y te roban tu paz interior y libertad.
No hay arma que lo pueda derrotar. Él es tu Dios soberano y de poder. El ha vencido en ti... porque mora dentro de ti, si tienes comunión con Él. Por tanto no te refugies en vicios, trabajo compulsivo, ni en tus propias mentiras, porque te alejarás de Dios. Reposo y confianza en su poder y soberanía es lo que quiere Dios en estos momentos de transformación, de renovación de sanidad y liberación interior.
Ten siempre presente: Dios puede ayudarte de muchas formas y Él puede manifestar su poder y soberanía para darte la victoria mediante una intervención directa en tu vida. EL tiene muchas formas de ayudarte a vencer en medio de tus luchas para cambiar porque el es mayor que cualquier situación difícil que enfrentas.
Entiendo que las cosas materiales y externas para valorarme no tienen importancia porque son pasajeras. Mi propio valor está dentro de mi. Ya no me mediré con la vara del mundo donde importa la belleza, el dinero, las posesiones materiales, las ocupaciones.
Saldré de esa trampa porque miraré hacia mi alma que es eterna, para siempre, allí está mi verdadero tesoro. Si el mundo no lo reconoce ¡No importa! Dios lo conoce, en todo caso: ¿Qué quiere el mundo de mi?...Si no que yo sea su esclavo para explotarme y ser desechado cuando no tenga cosas materiales que ofrecer.
Saldré de esta trampa, miraré dentro de mi alma. Ahora importa lo que Dios piensa de mí y lo que yo pienso de mí mismo: "Asombrosa y maravillosamente he sido hecho", porque he sido creado con un propósito de Dios, que está a mi alcance y El se complace al mirarme. El me acepta como soy aunque no acepta el pecado que debo desechar.
Convertiré mis carencias y debilidades en retos de superación para mi vida, lo haré con su dirección y poder, no con mis fuerzas sino con su Santo Espíritu. Eso requiere de valor. Así seré un testimonio para los que se sientan vencidos.
Sé que puedo superarme y ser feliz, sentir paz y orgullo por lo que hay dentro de mí. Haré de mis defectos mis mejores cualidades porque Dios se glorifica en la debilidad.
Puedo mostrar fortaleza que viene de lo alto, desarrollaré los dones y talentos que El me ha dado en forma especial y única para mi vida. Puedo ofrecer tanto a otros y a mi mismo. Dios me sacará adelante ...
Ya no me compararé con los demás, sino solo para ver lo inmensamente privilegiado que soy. Ya no necesito mostrarle al mundo que mi valor está en las cosas materiales. Mi valor está dentro de mí y es infinito, porque mi valor nace en quién soy ahora: ¡Hijo de Dios!. Escucharé solo lo que me dice el Señor en su palabra.
Con fe en Dios, derribé los muros y cruzé con éxito las tormentas y con Su Luz ya no habrán mas oscuridades...Seguiré la luz de mi Señor...
Cee y ten fe, en el poder y amor de Dios, y nadie y nada te podrá quitar la paz y felicidad para tu vida...
No hay comentarios:
Publicar un comentario