Hay muchas formas de enseñar y aprender, ya sea con tecnisísmo o de forma didáctica.
Lo importante es encontrar la forma más sencilla de aprender y entender claramente lo que se busca y necesita, los pensamientos reflexivo son una buena práctica para enseñar y aprender...
Un niño caminaba con su padre, en lo alto de una colina.
Los niños con frecuencia hacen preguntas sencillas, inesperadas y profundas.Mientras disfrutaban de un bello atardecer, el niño le preguntó: ¿Cómo puedo aprender a vivir? ¿Existe un libro que me enseñe, como los de mi escuela?
Con una sonrisa, a su padre se le ocurrió una forma de explicárselo:
“Si, la naturaleza tiene un libro para guiarnos. Puedes aprender a vivir, si entiendes por qué Dios diseñó las estaciones del año como están”.
No entiendo -replicó el niño-.
“Te explico: Dios dividió el año en 4 estaciones: primavera, verano, otoño e invierno. Cada estación tiene su propio clima y las personas tienen que comer y vestir diferente de acuerdo a cada estación.
Hay personas que tienen preferencia por la primavera, otras el verano ¿Y por qué Dios creó a las demás estaciones?
Todas aportan un equilibrio al mundo. Si toda la vida fuera primavera, el mundo estaría seco y algunas especies hubieran desaparecido. Si toda la vida fuera invierno, algunos pájaros, las mariposas, no existirían.
Cada clima permite a determinados animales vivir y a otros morir. Así, permite un equilibrio.”
¿Y eso que tiene que ver con mi pregunta? -Volvió a preguntar el niño-.
“Para aprender a vivir, debes entender que tu vida pasará por cada una de estas estaciones:
La primavera, representa tu niñez, la que estás viviendo ahora: alegrías, juegos.
El verano, representa la adolescencia. Aún conservarás algo de niño, pero nuevas necesidades despertarán en ti, mientras otras quedarán sepultadas con la primavera que dejaste.
El otoño, representa la madurez y despertar. Los retos son más difíciles y extrañarás el calor de las dos anteriores estaciones.
El invierno, será el reto más difícil de tu vida. En este, tu aplomo y lo aprendido, te ayudarán a salir a flote.
En realidad ninguna de las estaciones es mejor que otra. La primavera tiene su belleza en lo pájaros, mariposas y flores de mil colores.
El verano, en sus atardeceres.
El otoño, en la caída de sus hojas mapple.
El invierno, en sus copos de nieve.
Siempre debes concentrarte en la belleza de cada estación. No en lo que no te gusta de ellas.
Y si acaso el invierno está duro en tu vida, recuerda la sabiduría de Dios: justo después del invierno…
¡Regresa la primavera!
Aprender a vivir, significa entender que pasarás por todas las estaciones y que es antinatural y peligroso esperar que una sola, como la primavera, esté todo el tiempo en tu vida.”
Ya entendí -respondió el niño- Algunos animales y flores no nacerían, si el clima siempre fuera el mismo ¡Se me quemaría la piel si todo el tiempo fuera primavera!
“Exacto” -replicó su padre-.
“Cada estación de tu vida, sacará un talento dormido en ti. Necesitarás nuevas ropas y te alimentarás distinto.
Recuerda que Dios cuida a sus flores y alimenta a los animales del campo, sin que ellos lo pidan ¡Con más razón te dará lo que necesites a ti, que eres su hijo, para sobrevivir en cada estación!
Solo confía en EL.
Esto es lo que significa aprender a vivir, hijo mío.”
Edgar Martínez.
Aprender a vivir facilita avanzar en paz, a equivocarse menos y a conseguir sueños y metas con éxito...
Aprender a vivir es: vivir de forma positiva, amarse y amar a los demás, no guardar rencor, odio o deseos de venganza ante nada y ante nadie... el odio y el rencor solo envena el alma y no deja vivir ni ser feliz, solo es una perdida de tiempo que no conduce a nada bueno...
Aprender a vivir es: actuar con bondad, humildad y sabiduría en las decisiones a tomar...
Aprender a vivir es: creer en las propias capacidades, creer en lo Dívino, tener fe, en un Dios de amor que nos acompaña y proteje en todo momento...
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Aprender a vivir es: vivir el presente, aprovechando cada momento de vida, con lo aprendido del pasado, guardando los bellos momentos vividos para recordar en los momentos tristes...
Aprender a vivir es agradecer a Dios, por la vida, por el aire que respiramos y por cada nuevo amanecer...
Aprender a vivir es: sacar lo mejor de ti, en pos de lograr estabilidad emocional y espritual ...
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