Hace más de tres mil años, el rey David compuso un hermoso salmo en el que describió a Jehová valiéndose de un símil extraído de su oficio de juventud. De joven, David había sido pastor de ovejas...Por tanto, conocía lo que entrañaba su cuidado. No causa extrañeza, pues, que David pensara en la profesión de pastor al describir por inspiración divina los cuidados que Jehová da a su pueblo.
Jehová es mi pastor; nada me faltará.
¿Por qué se compara a Dios con un pastor?...Porque el pastor de Oriente Medio cuida mucho de cada una de sus ovejas. Todos los días las llama una a una por su nombre, les da palmaditas cariñosas y las revisa en busca de heridas.
Si alguna está lastimada, le unta aceite o algún ungüento curativo. Y si está enferma, quizá tenga que obligarlaa tragarse la medicina y a mantenerse de pie, pues si se quedara tumbada,podría morirse. Esta tierna imagen, sin duda, ilustra bien el cariño que Dios siente por quienes se acercan a él.
En prados herbosos me hace recostar;
Jehová conduce a su pueblo. La palabra hebrea traducida “prados” puede significar “lugar agradable”. Las ovejas por sí solas seguramente no encontrarían un sitio tan refrescante para reposar con tranquilidad; su pastor debió conducirlas a ese “lugar agradable”. ¿Cómo nos conduce Jehová hoy día? Una manera de hacerlo es mediante el ejemplo. Su Palabra nos exhorta a que seamos “imitadores de Dios” (Efesios 5:1).
Me conduce por descansaderos Donde abunda el agua.
Jehová nos conduce con ternura y paciencia. El pastor tiene en cuenta las limitaciones de sus ovejas, por lo que al guiarlas va al “paso del ganado” (Génesis 33:14). Habiendo sido hechos a su imagen y semejanza, estamos dotados de cualidades morales y espirituales (Génesis 1:26). Por lo tanto, Jehová sabe que a pesar de nuestras imperfecciones poseemos la capacidad de desarrollar las cualidades que él ejemplifica.
Refresca mi alma. Me guía por los senderos trillados de la justicia por causa de su nombre.
Toma en consideración nuestras aptitudes y circunstancias; de hecho, regula su paso al nunca pedir más de lo que podemos dar. Lo único que pide es que le sirvamos con toda el alma (Colosenses 3:23).
Aunque ande en el valle de sombra profunda, No temo nada malo, porque tú estás conmigo; Tu vara y tu cayado son las cosas que me consuelan. 23:4
Hay ocasiones en que, por así decirlo, andamos “en el valle de sombra profunda”. Por ejemplo, puede que nos hayamos visto a las puertas de la muerte debido a la persecución o a una enfermedad grave; o quizás uno de nuestros seres queridos haya estado a punto de fallecer o, efectivamente, haya muerto. Durante esos momentos tan sombríos, nuestro Pastor nos acompaña y nos protege.
Dispones ante mí una mesa enfrente de los que me muestran hostilidad. Con aceite me has untado la cabeza; mi copa está bien llena.
¿Cómo protege Jehová a sus ovejas hoy día?... La Biblia nos asegura que ningún opositor demoníaco o humano podrá jamás eliminar de la Tierra a sus ovejas, pues él no lo permitiría (Isaías 54:17; 2 Pedro 2:9). Lo anterior no significa que nuestro Pastor nos libre de toda calamidad. Experimentamos las pruebas comunes a los hombres y, además, nos enfrentamos a la oposición que sufre todo cristiano verdadero (2 Timoteo 3:12; Santiago 1:2).
De seguro el bien y la bondad amorosa mismos Seguirán tras de mí todos los días de mi vida; Y ciertamente moraré en la casa de Jehová Hasta la largura de días.
Estas palabras brotan de un corazón lleno de gratitud y fe: gratitud al evocar el pasado y fe al mirar hacia el futuro. El ex pastor David se siente seguro, sabiendo que mientras esté cerca de su Pastor celestial, tan cerca como si morara en Su casa, siempre gozará de su protección amorosa.
Las afectuosas expresiones del salmista se han preservado hasta nuestros días para infundirnos confianza en que nosotros también podemos ver a Jehová como nuestro Pastor. En efecto, mientras permanezcamos cerca de Jehová, él nos cuidará como Pastor amoroso “hasta la largura de días”, aun por la eternidad.
Salmo 23 from Reflexiones PowerPoint
A pesar de los truenos de la vida nunca pierdas la esperanza y no dejes que el ruido de este mundo, te impida oír la voz de Dios.
Aprende a depender de Dios y no de la gente que te rodea, al final ellos se pueden ir, pero Dios nunca se irá de tu lado...
Al dar esperanzas de todo corazón a otra persona, damos un poco de nuestra fe...
Pon todo en las manos de Dios... ¡y lo habrás puesto en manos seguras!.
Deja que la fe en Dios llene tu corazón, para que ilumine tu vida, tus pensamientos y todo lo que rodea. Después haz que tu luz llegue a los demás.
La carretera de la vida no es fácil y está llena de peligros, pero tienes un motor llamado CORAZÓN que te impulsa, un seguro llamado FE que te protege y un conductor llamado DIOS, que te guía. Solo déjate llevar y sigue sus señales.
A pesar de los truenos de la vida nunca pierdas la esperanza y no dejes que el ruido de este mundo, te impida oír la voz de Dios.
Aprende a depender de Dios y no de la gente que te rodea, al final ellos se pueden ir, pero Dios nunca se irá de tu lado...
Al dar esperanzas de todo corazón a otra persona, damos un poco de nuestra fe...
Pon todo en las manos de Dios... ¡y lo habrás puesto en manos seguras!.
Deja que la fe en Dios llene tu corazón, para que ilumine tu vida, tus pensamientos y todo lo que rodea. Después haz que tu luz llegue a los demás.
La carretera de la vida no es fácil y está llena de peligros, pero tienes un motor llamado CORAZÓN que te impulsa, un seguro llamado FE que te protege y un conductor llamado DIOS, que te guía. Solo déjate llevar y sigue sus señales.
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