Acostumbrarse a todo es la clave para vivir feliz...Hay dos formas de vivir, según las circunstancias...O según Jesús...
Vivir la vida según las circunstancias es que cuando todo me sale bien entonces voy a estar feliz y muy contento, lo cual es obvio. Vivir la vida según Jesús, es que aun cuando las cosas no salen bien, yo voy a estar contento y muy feliz, pero está es una actitud que debo de aprender, es una actitud a la que debo de aprender, y para esto debo de acostumbrarme a todo. Ahora es bueno aclarar algo, que la felicidad es una emoción, es como el enojo, que estamos enojados por un momento y un tiempo después ya estamos contentos de nuevo.
Ahora el gozo es distinto, pues el gozo no se basa en las circunstancias, sino en algo que ha sucedido o en algo que está por suceder. El consejo es que en los peores momentos sólo recuerde los momentos más lindos que ha pasado, sólo recuerde los triunfos antes logrados. Ahora por el lado espiritual, recuerde que Dios lo ama y que envió a Jesús para salvarlo a usted. Del futuro piense en lo bueno que viene para su vida, sólo piense e imagínese lo mejor. Siempre diga en su mente y corazón la siguiente frase:
Lo mejor está por delante, y está por suceder. Este tipo de expresiones le dan ánimo y valor para continuar. También usted debe saber cual es su futuro definitivo, y debe de ser la vida eterna con Dios,, sirviendo y adorando a Dios por toda la eternidad, en el cielo. Pensar en esto hace que tomemos actitudes positivas, pues de imaginar que este pequeño sufrimiento no se puede comparar con la buena vida que nos espera en el futuro.
Pero si usted no ha recibido el regalo de la vida eterna por creer en Jesucristo y en su palabra, entonces si debe de tener razones para vivir amargado y sufriendo la mayor parte de su vida. Pero yo le Pido a Dios en el Nombre de Jesús que a través de está lectura si usted aún no ha creído en Jesús y su palabra, que lo pueda hacer ahora mismo, haciendo una oración como está.
Dios te doy gracias por está oportunidad de reconciliarme contigo, ahora te pido perdón por todos mis pecados por medio de la sangre de tu hijo Jesús, pues he sido pecador desde nacimiento, pero ahora te ruego que escribas mi nombre en el libro de la vida del cordero, y que pueda yo desde hoy empezar a obedecer tu palabra escrita en la Biblia, también te pido que derrames de tu Espíritu Santo en mi corazón y así poder desde hoy llamarte Padre.
Reconozco que Jesús es el Señor y que tu le resucitaste de entre los muertos, y le haz llevado a tu diestra y que lo enviaras de nuevo a la tierra a traerme para estar contigo para siempre.
Gracias padre santo en el nombre de Jesús amen.
Gracias padre santo en el nombre de Jesús amen.
Actitud en su trabajo para ser aún más feliz:
¿Que responde usted cuando le manda alguien que es inferior a usted en puesto?
¿Qué responde usted cuando le mandan a hacer algo que a usted no le corresponde
O Cuando le mandan a hacer un trabajo el cual no es el suyo?
¿Que responde usted cuando le manda alguien que es inferior a usted en puesto?
¿Qué responde usted cuando le mandan a hacer algo que a usted no le corresponde
O Cuando le mandan a hacer un trabajo el cual no es el suyo?
Si usted quiere ser feliz, haga lo siguiente:
Si alguien que es inferior o igual a usted en puesto le manda a hacer algo, lo que usted tiene que hacer es obedecer y hacerlo ya que seguramente es para bien de su empresa aunque él no tiene la autoridad pero usted sea humilde y sencillo de corazón y no arrogante y orgulloso. La respuesta de un orgulloso, arrogante y altivo debe de ser: ¿Tú quien eres para mandarme? Sólo el dueño me puede mandar así, ¿pero tu que? También muchos dicen: Ese no es mi trabajo, además no es mi turno así que no lo haré. Y si acaso lo hace lo hace enojado, de mal humor y murmurando.
Si alguien que es inferior o igual a usted en puesto le manda a hacer algo, lo que usted tiene que hacer es obedecer y hacerlo ya que seguramente es para bien de su empresa aunque él no tiene la autoridad pero usted sea humilde y sencillo de corazón y no arrogante y orgulloso. La respuesta de un orgulloso, arrogante y altivo debe de ser: ¿Tú quien eres para mandarme? Sólo el dueño me puede mandar así, ¿pero tu que? También muchos dicen: Ese no es mi trabajo, además no es mi turno así que no lo haré. Y si acaso lo hace lo hace enojado, de mal humor y murmurando.
Una persona que quiere ser feliz responde a estas órdenes de la siguiente manera:
Con mucho gusto, ahorita mismo lo hago. No hay problema, aunque no es mi trabajo, ni es mi turno pero lo voy a hacer alegremente. Si usted aprende estas reglas va a ser muy feliz. Usted debe de estar dispuesto a hacer todo lo que sea bueno, sea su turno o no, le mande su patrón o un compañero, eso no importa. Lo que importa es que usted quiere ser feliz, y por lo tanto va a adoptar está buena actitud y Dios le va a bendecir, pues esa es la actitud aprobada por él.
Con mucho gusto, ahorita mismo lo hago. No hay problema, aunque no es mi trabajo, ni es mi turno pero lo voy a hacer alegremente. Si usted aprende estas reglas va a ser muy feliz. Usted debe de estar dispuesto a hacer todo lo que sea bueno, sea su turno o no, le mande su patrón o un compañero, eso no importa. Lo que importa es que usted quiere ser feliz, y por lo tanto va a adoptar está buena actitud y Dios le va a bendecir, pues esa es la actitud aprobada por él.
Otra cosa es que hay muchas personas que después de hacer alguna obra ya sea grande o muy pequeña, pero esperan que les agradezcan por ello, y en vez de eso les dan una regañada o les dicen que no quedo bien hecho, y por esa causa se decepcionan o se les baja la moral. Pero el consejo para usted es que nunca espere que le den gracia por nada, porque muchas veces va a quedar decepcionado por esperar las gracias. Usted debe de hacer todas las cosas como para agradar a Dios y no a los patrones, supervisores o compañeros de trabajo. Cuando usted haga esto entonces siempre va a estar feliz por lo que hace.
Dios es el único que valora y recompensa lo que hacemos. Aunque hay también unas personas bondadosa que si dan gracias y valoran lo que hacemos, pero en su mayoría ni cuenta se dan a veces de las cosas buenas que hacemos. Así pasa también con los matrimonios, pues hay esposas que dicen: Tanto que trabajo y mi esposo y mis hijos ni me lo agradece, les sirvo como a nadie y ellos nunca me dicen gracias. También hay muchos maridos que se quejan diciendo: Trabajo de sol a sol y mi esposa y mis hijos no lo agradecen, sino al contrario, se portan mal.
Usted no vaya a decir así nunca porque va a pasar amargos momentos. Usted haga las cosas con amor, y sin esperar nada a cambio, ni siquiera las gracias, y cuando usted tome esa actitud, aunque le den desprecios o lo que sea, usted va a estar feliz de trabajar duro por su familia, pues usted está agradando a Dios y él sabe y reconoce su esfuerzo. Sea feliz y deje de quejarse como un niño.
Acostúmbrese y enséñese a lo siguiente: Ha ser amado y a ser odiado. A ser aceptado y a ser rechazado. A la abundancia y a la escases. A tener mucho y a tener nada. A estar enfermo y a estar sano. Al frío y al calor. A comer mucho y a pasar hambre. Andar en carro o a pie. A vivir cómodo o incomodo. A saciarse de agua y a tener sed.
También acostúmbrese a vivir en cualquier parte del mundo. Nunca se aferre a nada, ya sea algún lugar o alguna cosa o persona, porque si se aferra a algo o a alguien, le puede ser quitado y entonces va a sufrir. Otro consejo es que: Usted tiene que aprender a hacer siempre lo bueno y nunca lo malo tenga ganas o no, le guste o no le guste, se sienta cómodo o incómodo.
Está es la regla. Haga el bien y aborrezca el mal. Si usted quiere hacer las cosas de acuerdo a como se siente o si tiene ganas o no, entonces usted va a cometer muchos errores. No se deje llevar por lo que siente. Sólo piense si es bueno lo que va a hacer, y si lo es entonces hágalo aunque no tenga ganas. Y si tiene ganas de hacer algo que es malo, no lo haga.
No hay peor tormenta que la que armamos nosotros mismos en nuestra cabeza.
A veces no es posible estar alegres, pero siempre podemos estar en paz.
No hay peor tormenta que la que armamos nosotros mismos en nuestra cabeza.
A veces no es posible estar alegres, pero siempre podemos estar en paz.
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