Pasión y Muerte de Cristo — Presentation Transcript
- PASIÓN Y MUERTE En la Muerte de
- Jesús, por encima de las causas
- inmediatas históricas -el Sanedrín, Pilato,
- los soldados- hay una causa de nivel más
- alto que sólo puede ser conocida por la
- revelación : el plan y la disposición de
- Dios que han permitido los actos nacidos
- de la ceguera de los hombres para
- realizar el designio de nuestra salvación .
- Dios quiere que el hombre se arrepienta
- del pecado y exprese su arrepentimiento
- interior con obras externas de penitencia,
- obras de entrega a la voluntad divina.
- Las penas derivadas del pecado se
- ordenan a la reparación del mismo. Dios
- las permite porque son medicinales y se
- ordenan a un bien mayor: la vida
- sobrenatural .
- PASIÓN Y MUERTE. En el plan
- divino, el dolor purifica el alma, quita el
- obstáculo de la propia voluntad que nos
- apartó de Dios, sirve, con la ayuda de la
- gracia , para reparar el desorden del
- pecado en el hombre. El sufrimiento ,
- secuela del pecado original , recibe un
- sentido nuevo con la obra salvífica de
- Cristo. La reparación plena de los
- pecados de los hombres se da por la
- Pasión y Muerte de Cristo. Dios Padre no
- es causa directa de la Muerte de su Hijo.
- La permitió porque de ahí vendría un
- bien mayor . Entregó a Cristo a la Pasión
- y Muerte porque según su eterna
- voluntad las dispuso para reparar los
- pecados del género humano. Valor
- inmenso de la salvación de las almas
- para Dios. PASIÓN Y MUERTE
- PASIÓN Y MUERTE, 3 Autores de la
- Pasión de Cristo (su causa eficiente): los
- que tenían la intención de matarlo, lo
- condenaron y le hicieron sufrir los
- tormentos que produjeron su muerte .
- Detrás de ellos actúa Satanás , homicida
- desde el principio (cfr. Jn 8, 44 ). Pero
- también los pecadores son autores de la
- Pasión: “la Iglesia no duda en imputar a
- los cristianos la responsabilidad más
- grave en el suplicio de Jesús”
- “Aunque las autoridades de
- los judíos con sus seguidores
- reclamaron la muerte de Cristo, lo que se
- perpetró en su pasión no puede ser
- imputado indistintamente a todos los
- judíos que vivían entonces ni a los judíos
- de hoy (...). No se ha de señalar a los
- judíos como reprobados por Dios y
- malditos como si tal cosa se dedujera de
- la Sagrada Escritura”.
- PASIÓN Y MUERTE
- Cristo aceptó libremente su Pasión y
- su Muerte por amor a su Padre y a los
- hombres que el Padre quiere salvar. Se
- entregó libre y voluntariamente a la
- Pasión, por amor nuestro. Pero esa
- entrega no significa en modo alguno que
- se matara a sí mismo , sino que no
- impidió , pudiendo, la acción de los que
- le ajusticiaron. Flp 2, 8 : “Se humilló a sí
- mismo haciéndose obediente hasta la
- muerte , y muerte de cruz”. Se trata de
- una obediencia vivida por amor . El
- verdadero amor a Dios se muestra
- cumpliendo libremente su voluntad .
- PASIÓN Y MUERTE
- 6. PASIÓN Y MUERTE, 5 Jesús padeció
- por parte de los judíos , de los gentiles
- y de los que le seguían (Judas, Pedro,
- abandono...). Padeció en su alma : todos
- los pecados de los hombres, tristeza y
- temor ante la muerte cierta, caída de
- Judas , escándalo de sus discípulos ,
- humillaciones , injusticias, burlas e
- insultos. Padeció en su cuerpo :
- flagelación, coronación de espinas,
- crucifixión, agonía en la cruz hasta la
- muerte.
- 7. PASIÓN Y MUERTE, 6 “ Mérito ” es el
- derecho a un premio o retribución por
- una obra realizada. Con relación a Dios ,
- el hombre propiamente no tiene ningún
- derecho ante Dios. Si puede merecer algo
- ante Dios, es porque Él previa y
- libremente ha establecido retribuir al-
- gunas acciones nuestras nacidas del
- amor . No apa- rece la palabra en la
- Escritura, pero sí su contenido . Todas
- las acciones de Cristo son meritorias
- (nacen de su amor y li- bertad) y obtienen
- del Padre nuestra salvación . Pero en su
- Pasión mereció de modo particular .
- Cristo mereció la vida sobrenatural para
- todos los hombres y para todos la gracia
- que quita el pecado: se ofreció por
- nosotros como Cabeza nuestra.
Pasión y Muerte de Cristo
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Cuando tu corazón está puesto en Cristo, eres un enemigo del pecado, por causa del amor y no porque temes el castigo. Los sufrimientos de Cristo deben ser un ejemplo para toda tu vida. Debes meditar en ellos de otra forma. Hasta ahora hemos considerado la pasión de Cristo como un sacramento que obra en nosotros. Ahora queremos considerarla de otra forma, como algo que obra en nosotros cuando sufrimos. Cuando llegue el día en que la enfermedad y el dolor pesen sobre ti, piensa cuán poco monto es en comparación con las espinas y los clavos de Cristo. Si tienes que hacer algo que no quieres, o no puedes hacer algo que quieres, piensa cómo Cristo fue conducido por otros, atado como prisionero. ¿Te hiere el orgullo? Piensa cómo el Señor fue burlado y avergonzado en compañía con los asesinos. ¿Te llegan pensamientos negativos a tu mente? Piensa en qué amargo fue para Cristo que se le rompiera su tierna carne, fuera lacerado y azotado, una y otra vez. ¿Hay odio y envidia luchando en ti, o buscas vengarte? Recuerda cómo Cristo oró por ti, y por todos sus enemigos, con muchas lágrimas y gritos. ¡Él tuvo más razón que tú para buscar la venganza! Si algún problema o adversidad te molesta en cuerpo o alma, ¡ten ánimo! Di: “Por qué no debo yo también sufrir un poco, puesto que mi Señor sudó sangre en el huerto a causa de su angustia y dolor?...
Cuando tu corazón está puesto en Cristo, eres un enemigo del pecado, por causa del amor y no porque temes el castigo. Los sufrimientos de Cristo deben ser un ejemplo para toda tu vida. Debes meditar en ellos de otra forma. Hasta ahora hemos considerado la pasión de Cristo como un sacramento que obra en nosotros. Ahora queremos considerarla de otra forma, como algo que obra en nosotros cuando sufrimos. Cuando llegue el día en que la enfermedad y el dolor pesen sobre ti, piensa cuán poco monto es en comparación con las espinas y los clavos de Cristo. Si tienes que hacer algo que no quieres, o no puedes hacer algo que quieres, piensa cómo Cristo fue conducido por otros, atado como prisionero. ¿Te hiere el orgullo? Piensa cómo el Señor fue burlado y avergonzado en compañía con los asesinos. ¿Te llegan pensamientos negativos a tu mente? Piensa en qué amargo fue para Cristo que se le rompiera su tierna carne, fuera lacerado y azotado, una y otra vez. ¿Hay odio y envidia luchando en ti, o buscas vengarte? Recuerda cómo Cristo oró por ti, y por todos sus enemigos, con muchas lágrimas y gritos. ¡Él tuvo más razón que tú para buscar la venganza! Si algún problema o adversidad te molesta en cuerpo o alma, ¡ten ánimo! Di: “Por qué no debo yo también sufrir un poco, puesto que mi Señor sudó sangre en el huerto a causa de su angustia y dolor?...
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