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martes, 11 de agosto de 2015

DOS HISTORIAS QUE TE HARÁN REFLEXIONAR ANTES DE JUZGAR A LOS DEMÁS...


Se encontraba una familia de cinco personas pasando el día en la playa. Los niños estaban haciendo castillos de arena junto al agua cuando, a lo lejos, apareció una anciana, con sus vestidos sucios y harapientos, que recogía cosas del suelo y las introducía en una bolsa.
Los padres llamaron junto a sí a los niños y les dijeron que no se acercaran a la anciana. Cuando ésta pasó junto a ellos, inclinándose una y otra vez para recoger cosas del suelo, dirigió una sonrisa a la familia. Pero no le devolvieron el saludo.
Muchas semanas más tarde supieron que la anciana llevaba toda su vida limpiando la playa de cristales para que los niños no se hirieran los pies.
Una pareja de jóvenes tenía varios años de casada y nunca pudieron tener hijo, para no sentirse solos compraron un cachorro pastor alemán y lo amaron como si fuera su propio hijo... El cachorro creció hasta convertirse en un grande y hermoso pastor alemán.


El perro salvo en mas de una ocasión a la pareja de ser atacadas por ladrones, siempre fue muy fiel, quería y defendía a sus dueños contra cualquier peligro. Luego de siete años de tener al perro, la pareja logro tener el hijo tan ansiado.
La pareja estaba muy contenta con su nuevo hijo disminuyeron las atenciones que tenían con el perro, este se sintió relegado y comenzó a sentir celos del bebe y ya no era cariñoso y fiel que tuvieron durante siete años.
Un día la pareja dejo al bebe plácidamente durmiendo en la cuna y fueron a la terraza a preparar una carne asada, cual fue su sorpresa cuando se dirigían al cuarto del bebe y ven al perro en el pasillo con la boca ensangrentada, moviéndoles la cola. 

El dueño del perro penso lo peor, saco un arma que llevaba y en el acto mato al perro, corre al cuarto del bebe y encuentra una gran serpiente degollada....
El dueño comienza a llorar y exclamar....
¡¡He matado a mi perro fiel!!


Cuantas veces no hemos juzgado a las personas; lo que es peor las juzgamos y condenamos sin investigar a que se debe su comportamiento, cuales son sus pensamiento y sentimientos...
Muchas veces las cosas no son tan malas como parecen, sino todo lo contrario...
La próxima vez que nos sintamos tentados a juzgar y condenar a alguien, recordemos la historia del perro fiel...

Así aprenderemos a no levantar falsos contra una persona hasta el punto de dañar su imagen ante los demás... Debemos darnos cuenta que los sentimientos de las personas son frágiles y fáciles de dañar pero difícil de sanar...

Solo Dios es el llamado a juzgar, de Él, nace la justicia Divína...