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viernes, 22 de julio de 2011

TESTIMONIO DE UN ADOLESCENTE



"Alégrate joven en tu juventud, en los días de tu adolescencia y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos, más sabe que por sobre todas las cosas te juzgará Dios" Eclesiastés 11-9
Hace un par de días una amiga llegó a mi casa y ¿sabes? por la expresión de su rostro pude notar la angustia que había en ella, venía solicitando de mi ayuda, dado que ella tiene un primo de 18 años de edad que fue secuestrado y a la fecha no sabemos nada de él, acudía a mí para que la acompañara al médico forense a identificar el cuerpo de una persona de sexo masculino encontrado cerca de la playa Bagdad, en Matamoros, Tamaulipas.


Al llegar al forense el médico me permitió la entrada, ¿sabes? cuando entre a ese lugar, un olor fétido invadía aquel cuarto, olor a sangre, a muerte, un hombre, una mujer y un niño, tendidos en la plancha, listos para hacerles la autopsia, lo más tremendo, cuando me presentaron el cuerpo de un joven de 18 anos al cual presuntamente secuestraron, lo ataron de pies y manos y lo calcinaron dentro de un tambo de basura…
Que tremendo creo que te puedes imaginar la expresión de mi rostro al mirar aquel cuerpo, ¡era un joven de 18 años!, pero no era el joven al cual yo buscaba y tengo la esperanza que lo encontraré vivo. Al salir del médico forense, había muchas preguntas en mi mente, ¿quién era ese joven? ¿Cómo se llamaría? ¿Cómo vivió su vida para terminar de está manera? ¿Cómo caminó? ¿Conocería a Dios? ¿Tendría tiempo para ponerse a cuentas con Dios y pedir al perdón?


¿Sabes? tú y yo tenemos a un Dios misericordioso que nos ama tal como somos, que nos conoce y conoce cada área de nuestra vida, él sabe aún cuantos cabellos hay en nuestra cabeza, él sabe nuestro error y también nuestros horrores, nuestras virtudes y logros, ¿sabes? él nos permite caminar con los deseos de nuestro corazón, quisiera que estuviéramos cerca de él, pero nos da la decisión a cada uno de nosotros de vivir como nosotros queramos…


Dios dice en su palabra, alégrate en tu juventud, gózate. Mira joven, yo no conozco tu vida, y no sé cómo sea tu manera de vivir, pero si puedo decirte que Dios te dice alégrate, si tu has tomado la decisión de vivir como lo estás haciendo y te gusta, si llevas una vida de pecado de libertinaje y eso trae un gozo a tu corazón, si la droga el tomar, el fumar,  el mentir a tus padres,  y ya decidiste seguir así…
¿Sabes? hoy te digo, síguelo haciendo, eres libre de hacerlo, alégrate, gózate, diviértete, pero recuerda que por sobre todas las cosas, Dios te juzgará un día, un día estarás delante de su presencia, y a él le rendirás cuentas de tus actos, no a tus maestros, ni a tus padres, ni mucho menos a tus hermanos, no hay quien te condene, recuerda que hay un justo que traerá nuestras obras a juicio, sean buenas o malas, la Biblia dice:
Acuérdate de tu creador antes de que lleguen los días malos en los cuales digas no tengo contentamiento, llegará el día en el cual digas qué hice de mi vida, como malgasté mi vida.


¿Por qué no valoré a mis padres cuando los tenía?, ¿Por qué no valoré el estudio que me daban? mírame como estoy ahora, botado de la cabeza con tanta droga que me metía, mírame, soy una joven a la cual el novio dejó por salir embarazada, mírame un enfermo más en la lista del sida, joven, medita en tus caminos cual es la senda que estás caminando…
Mi nombre es Juan Carlos y vivo en Matamoros, México. Un día decidí caminar con los deseos de mi corazón, y ¿sabes? el corazón es engañoso y perverso. A la edad de cinco años fui violado por alguien cercano a mi familia, lo que provocó en mí amargura, ya que no fue sólo una vez, sino en diferentes edades, hasta los doce años, siempre me quedé callado, nunca hablé, nunca dije una sola palabra, al despertar al sexo, la única visión de sexo que yo tenía, era con alguien semejante a mí…


Mi corazón estaba perturbado, había rencor, soledad, eso me llevó a vivir una vida de libertinaje, en alcohol, drogadicción, una vida en las garras de la homosexualidad, fui humillado, despreciado, la última persona con la cual estuve por cuatro anos, me llevó a caer más profundamente en las drogas, estuve en las garras del crack, había en mí una fuerte adicción, recibía golpes, insultos, dormía en la plaza de mi colonia, llegaba a mi casa con mi ropa sucia, porque aún ni al baño podía llegar de lo drogado y alcoholizado que estaba…
Mis amigos me dejaron al descubrí mi verdadera identidad, todos se fueron, estaba completamente sólo, mis padres no sabían mi forma de vivir, no tenía una buena relación con mis hermanos, había en mí pensamientos de suicidio, "ya no quiero vivir", no tenía fuerzas para seguir, busqué la ayuda de uno de mis mejores amigos, y al buscarlo no lo encontré, su madre me dio la noticia que él se encontraba también en un centro de rehabilitación, pues la droga también lo había atrapado, ¡estaba yo sólo!…


Esa noche buscaba una ayuda, alguien que me dijera que me amaba, que me comprendía, y me acordé que Dios me amaba, llegué a una iglesia y hablaba con Dios en mi mente, y le decía "no tengo fuerzas, ya no quiero vivir, pero si tú puedes ayudarme, ¡ayúdame hoy!, cambia mi corazón, quita el rencor, ¡cámbiame!, sana el dolor que hay en mi corazón", y pude sentir como si alguien tocara mi hombro y escuchaba la voz de una hermana que me decía:
"Dios ha escuchado tu oración, y te dice que él va a quitar tu corazón de piedra y pondrá un corazón de carne", esa noche tomé la decisión de buscar a Dios con todo mi corazón, y hoy puedo decir que soy nueva criatura, que he sido libre de la homosexualidad, del alcoholismo, él llevo mis pecados y los sepultó en la mar, y no hay nada de mi pasado que frene lo que Dios va hacer en mi vida, un día decidí caminar mal, pero pude meditar y tomar una nueva decisión, la más importante, reconocer a Jesucristo como mi salvador, mi libertador…


Hoy amigo, amiga, tú puedes comenzar de nuevo, no hay nada de tu pasado que pueda frenar lo que Dios va hacer en tu vida, si un día te equivocaste al caminar, hoy le puedes pedir a Dios que guíe tus pasos, que sane tus heridas, pero la decisión la tienes tú, Dios dice, yo pongo delante de ti, camino de vida y camino de muerte, tú decides joven por donde quieres ir…
Él te dice en su palabra salmos 4-12 ven a Cristo y deja que él sane tus heridas de quienes te causaron en tu infancia, hay dolor, angustia, soledad, quizás has pensado quitarte la vida y piensa que es una casualidad encontrar este testimonio, no es casualidad, es Dios quien quiere hablarte y decirte que te ama y quiere cambiar tu corazón, él te dice "hoy vengan a mí los que están cansados y cargados que yo los haré descansar" Mateo 11-28…


La decisión la tomas tú, EL te dice yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye, voy y entraré y cenaré con él y él conmigo, nadie puede culparte por tu vivir, Jesús dijo a una mujer: Ni yo te condeno, vete y no peques más, que Dios te bendiga.
Colaboración de Juan Carlos Franco
Dios llegó para poner orden a mi vida para perdonarme y enseñarme a perdonar. Sé que Él ha estado esperando hasta que yo me arrepintiera y le diera el poder legal para entrar en mi vida.
Reflexiona sobre este testimonio y absorbe las enseñanzas que dejan para tu vida, solo tu eres el dueño de lo que deseas vivir en el presente y futuro.

martes, 19 de julio de 2011

domingo, 17 de julio de 2011

sábado, 16 de julio de 2011

REFLEXIÓN EL REGALO DE PAPÁ.



Jenny era una linda niña de cinco años de ojos relucientes.
Un día mientras ella con su mamá visitaban la tienda, Jenny vio un collar de perlas de plástico que costaba 2.50 dólares.
¡Cuánto deseaba poseerlo!
Preguntó a su mamá si se lo compraría, su mamá le dijo: Hagamos un trato, yo te compraré el collar y cuando lleguemos a casa haremos una lista de tareas que podrás realizar para pagar el collar.
Y no te olvides que para tu cumpleaños es muy posible que tu abuelita te regale un billete de un dólar enterito, ¿Está bien…?
Jenny estuvo de acuerdo, y su mamá le compró el collar de perlas.
Jenny trabajó con tesón todos los días para cumplir con sus tareas, y tal como su mamá le mencionara, su abuelita le regaló un billete nuevo de un dólar para su cumpleaños.
En poco tiempo Jenny canceló su deuda. ¡Jenny amaba sus perlas!
Ella las llevaba puestas a todas partes:
En la escuela, en la cama y cuando salía con su mamá a hacer los mandados el único momento que no las usaba era cuando se bañaba, su mamá le había dicho que las perlas con el agua le pintarían el cuello de verde…
Jenny tenía un padre que la quería muchísimo.
Cuando Jenny iba a su cama, él se levantaba de su sillón favorito para leerle su cuento preferido.
Una noche, cuando terminó el cuento, le dijo:
Jenny, ¿tú me quieres?
Oh si papá, ¡tú sabes que te quiero!.
Entonces, regálame tus perlas.
Oh, papá !No, mis perlas no!. Pero te doy a Rosita, mi muñeca favorita.
¿La recuerdas?, tú me la regalaste el año pasado para mi cumpleaños.
Y te doy su ajuar también, ¿está bien papá?
-Oh no hijita, está bien, no importa, (dándole un beso en la mejilla).
Buenas noches pequeña.
Una semana después, nuevamente su papá le preguntó al terminar el diario cuento “Jenny, tú me quieres?”…
-¡Oh si papá, tú sabes que te quiero!.
-Entonces regálame tus perlas.

-¡Oh, papá! ¡No mis perlas!, pero te doy a Lazos, mi caballo de juguete, ¿lo recuerdas? Es mi favorito, su pelo es tan suave y tú puedes jugar con él y hacerle trencitas. Tu puedes tenerlo si quieres papá.
-Oh no hijita, está bien… (Dándole nuevamente un beso en la mejilla)
Dios,te bendiga, felices sueños
Algunos días después, cuando el papá de Jenny entró a su dormitorio para leerle un cuento, Jenny estaba
sentada en su cama y le temblaban los labios:
-Toma papá, dijo, y estiró su mano.
La abrió y en su interior estaba su tan querido collar, el cual entregó a su padre.
Con una mano él tomó las perlas de plástico y con la otra extrajo de su bolsillo una cajita de terciopelo azul.
Dentro de la cajita había unas hermosas perlas genuinas. El las había tenido todo este tiempo, esperando que Jenny renunciara a la baratija para poder darle la pieza de valor…


Y así es también con nuestro Padre Celestial.
Él está esperando a que renunciemos a las cosas sin valor en nuestras vidas para darnos preciosos tesoros.
¿No es bueno el Señor?
Esto me hace pensar las cosas a las cuales me aferro y me pregunto:
¿Qué es lo que Dios me quiere dar en su lugar?
“Oh que regalo precioso, Cristo me dio, llenó mi alma de gozo, y me salvó; ahora puedo cantar, en alta voz,
y puedo testificar, que Él me SALVÓ”


Jesucristo te dará la paz que el mundo jamás te dio… El que viene a Cristo él no lo desampara ni lo deja sólo… Él lo mirará desde cerca, porque Él cuida a sus hijos, y no permitirá que nadie los lastime…

Amigo (a), tú que tienes problemas con tus padres o que simplemente ya no aguantas con todas tus cargas, que te sientes ahogado, sin salida, sin esperanza, que te sientes triste, y muchas veces sólo…

Entrégale hoy tu corazón a Dios, y verás como Dios, sanará tus heridas, borrará todo mal recuerdo de tu mente, y le dará soluciones a todos tus problemas… si deseas hoy entregarle tu corazón a Dios, repite esta sencilla oración:
Señor limpia mi corazón, perdona mis errores y entra en mi vida, inscribe mi nombre en el libro de la vida eterna. Amén…