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sábado, 23 de abril de 2011

Y al tercer día... resucitó


Y al tercer día... resucitó

«Si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana.» (1 Co. 15:14)
«El cristianismo es la más sublime de las religiones, sobre todo porque es la religión de la resurrección». Estas palabras del escritor ruso Nicolás Berdiaev en su libro El sentido de la Historia enmarcan el hecho de la resurrección como el rasgo más singular de la fe cristiana.

La resurrección, fundamento de la Iglesia Cristiana

Si los Evangelios se hubieren cerrado con sus relatos sobre la persona y el ministerio de Jesús, hoy tendríamos una colección maravillosa de escritos religiosos; el más precioso, el de Jesús con su vida, sus milagros y sus enseñanzas. Pero su biografía tendría el más oscuro y deprimente de los desenlaces posibles: Jesús se convirtió en víctima inocente por parte del pueblo judío y sus autoridades.
Rechazado y denostado por haberse hecho Rey en el Reino de Dios, fue apresado sin culpa en la colina de Getsemaní y conducido al pretorio para ser juzgado. El gobernador romano, Pilato, el único que podía condenar a muerte, confesó la inocencia del preso. «No veo en él delito alguno»; pero la multitud exacerbada no cesaba de clamar: «¡Crucifícale, crucifícale!». Y Pilato les autorizó la cruel ejecución. Seis horas duró la tortura, al final de las cuales Jesús ya muerto fue depositado en el sepulcro nuevo de José de Arimatea (Mt. 27:57-61).

Así, del modo más desconsolador, tuvieron fin todas las ilusiones de los seguidores de Jesús. ¿Ilusiones? Sí, las esperanzas abrigadas por los apóstoles y sus seguidores estaban fuertemente teñidas de aspiraciones mundanas, de ambiciones inconfesadas de poder temporal. La experiencia de ver a Jesús agonizando en el Gólgota con el más horrible sufrimiento había de afectar la fe en el Maestro procedente de Galilea, iba a originar un desmoronamiento espiritual tan profundo como desgarrador. Así lo confesaron los dos discípulos de Emaus: «Nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel». Pero esa esperanza debía ser corregida. Lo que se veía con ojos ofuscados debía ser depurado por la presencia y la palabra del Cristo resucitado. Esa visión totalmente nueva está vinculada a uno de los grandes textos cristológicos del apóstol Pablo que relaciona la muerte de Cristo con su encarnación: Él, Cristo, era el Señor de la gloria, pero «se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, ...y estando en la condición de hombre se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, ...para que todo hombre confiese que Jesucristo es el Señor» (Fil. 2:6-11).
De este modo, lo que aparentemente era una derrota sin paliativos vino a ser la más grande de las victorias. Daba la razón a Pablo en otra de sus osadas declaraciones: «Sorbida es la muerte con victoria» (1 Co. 15:54).
Así pues, al considerar la enseñanza bíblica en su globalidad se ve que la importancia teológica de la resurrección de Jesús nunca será ensalzada desmedidamente. Por el contrario, viene a ser el centro y meollo de la revelación. Según el apóstol Pablo, la resurrección es tan decisiva que de su veracidad depende la fiabilidad de todo el edificio de la fe cristiana, porque «si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe» (1 Co. 15:14).

Cristo vive: la resurrección como hecho histórico

En el lenguaje casi hermético de algunos teólogos, vedado a los no iniciados, se observa una predilección innecesaria por conceptos y expresiones oscuras. Pero lo más llamativo y preocupante es que la mayoría de veces desvirtúan la historicidad de las narraciones relativas a la crucifixión, la resurrección y la ascensión. Esta tendencia teológica puede hallarse profusamente en los escritos de nuestro tiempo. He aquí un ejemplo de lo que señalamos: «...la muerte y la resurrección de Cristo son sucesos cósmicos, no incidentes que han tenido lugar en una ocasión y que pertenecen al pasado. Por medio de ellos han sido fundamentalmente desposeídos de su poder, el viejo eón y sus potestades» (R. Bultmann).
Por lo general, las doctrinas contenidas en la Biblia son mucho más nítidas que los conceptos de los teólogos modernos. Al creyente sencillo le resulta mucho más comprensible el lenguaje de la prosa llana que el sofisticado del mito. No es de extrañar, por tanto, que la historicidad de la resurrección se diera como un hecho incuestionable en los primeros tiempos del cristianismo; no sólo los testigos de los días apostólicos, sino incluso los de días sub-apostólicos en los primeros siglos de la era cristiana y subsiguiente nos confirman esta realidad. Ciertamente, una cosa es mirar la resurrección con ojos críticos, otra muy distinta es hacerlo con una mirada agnóstica -casi incrédula- a cualquier fenómeno sobrenatural y milagroso. ¿No es limitar a Dios negar que en su poder y soberanía Él puede actuar de formas sobrenaturales?

Cristo vive en mí: las implicaciones espirituales de la resurrección

Podríamos ahondar más en las evidencias de la resurrección. Es importante disponer de una buena defensa -una apologética- con argumentos persuasivos. Pero ante la resurrección de Cristo no basta con tener buenas evidencias; hay que conocer también sus consecuencias. La historicidad de la resurrección conlleva el poder de la resurrección. Creer en su historicidad es la llave que nos franquea la puerta para contemplar el glorioso paisaje que este hecho implica. No podemos quedarnos en una lectura meramente histórica; es un hecho que tiene unas consecuencias espirituales y existenciales decisivas para cada ser humano. Por esta razón las doctrinas bíblicas más destacadas guardan relación con la resurrección. Cabe señalar, por ejemplo, la contraposición de las dos figuras más determinantes en la historia de la humanidad: Adán y Cristo. Por el primero, el pecado entró en el mundo, por el segundo, la salvación tal como argumenta el apóstol Pablo, una vez más nuestro gran mentor doctrinal (Ro. 5:12-21). A la doctrina de la justificación por la fe, debemos añadir la inmortalidad y la resurrección de los creyentes (1 Co. 15:12-58), esperanza cimentada en la resurrección corporal de Cristo. Mucho podríamos hablar también de la resurrección del Señor en relación con su Iglesia: somos un pueblo justificado porque Cristo fue «entregado por nuestras transgresiones y resucitado para nuestra justificación» (Ro. 4:25).

Todas estas doctrinas vinculadas a la resurrección no son algo teórico, frío. Tienen una consecuencia gloriosa para nosotros: si Cristo vive, Él vive también en mí. El poder del Cristo resucitado puede operar en cada ser humano una transformación interior semejante a la vivida por los discípulos de Emaús y por los apóstoles. Es una transformación que nos proporciona gozo, nuevas fuerzas y esperanza, la esperanza del Reino eterno de Cristo y la Parusía -el regreso en gloria de nuestro Señor. De tal manera que exclamamos exultantes «ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí» (Gá. 2:20).
Ésta es la mejor manera de recordar y honrar la resurrección.
José M. Martínez
(http://www.pensamientocristiano.com)

UN MINUTO PUEDE CAMBIAR TU VIDA.



Un minuto sirve para sonreír.
Sonreír para el otro, para tí y para la vida.
Un minuto sirve para ver el camino, admirar una flor, sentir el perfume de la flor, sentir el césped mojado, percibir la transparencia del agua.
Se requiere apenas de un minuto para evaluar la inmensidad del infinito, aunque sin poder entenderlo.
Un minuto apenas para escuchar el canto de los pájaros.
Un minuto sirve para oír el silencio, o comenzar una canción.
Es en un minuto en que uno dice el “sí” o el “no” que cambiará toda su vida.
Un minuto para un apretón de mano y conquistar un nuevo amigo.
Un minuto para sentir la responsabilidad pesar en los hombros, la tristeza de la derrota, la amargura de la incertidumbre, el hielo de la soledad, la ansiedad de la espera, la marca de la decepción, la alegría de la victoria.


En un minuto se puede amar, buscar, compartir, perdonar, esperar, crer, vencer y ser.

En un simple minuto se puede salvar una vida.
Tan sólo un minuto para incentivar a alguien o desanimarlo.
Un minuto para comenzar la reconstrucción de un hogar o de una vida.
Basta un minuto de atención para hacer feliz a un hijo, un padre, un amigo, un alumno, un profesor, un semejante.
Solo un minuto para entender que la eternidad está hecha de minutos.
De todos los minutos bien vividos.

Un minuto… Cuántas veces los dejamos pasar sin darnos cuenta… pero también cuántas veces traemos a nuestras vidas los recuerdos de los minutos vividos llenos de felicidad, de alegría y también de tristezas.
Decimos “un minuto” y nos parece nada.
Pero cómo se aprecia ese minuto al levantar la mano y saludar a un amigo que se va para siempre, cómo se valora ese minuto que hace que lleguemos tarde a nuestros trabajos, cómo se espera ese minuto que nos lleva a reunirnos con los que amamos, cómo nos llena de emoción ese minuto en que nos entregan a nuestro hijo al nacer, y cómo también deseamos que la vida le otorgue más minutos a quien la muerte separará físicamente de nosotros y no veremos más.
Un minuto… parece increíble… parece tan poquito y sin embargo puede dejar una huella tan profunda en nuestra vida.

Lo importante es no vivir la vida porque sí, dejando pasar el tiempo.
Alguien alguna vez dijo: “Vive cada minuto como si fuera el último”.
Si todos recordáramos esa frase a diario aprenderíamos a vivir la vida intensamente.
Aprenderíamos a no posponer las emociones más lindas de la vida pensando que “si no es hoy será mañana”.
Este es la instancia, este es el minuto en que abras tu corazón a Dios, y te entregues a Él. 
Tu tiempo es ahora… el futuro es incierto…
Vive cada minuto intensamente.


La vida es Hoy… Que el reloj de tu vida marque cada minuto al compás de los latidos de tu corazón.




Salmos 27:13-14

"¡Pero yo sé que viviré
para disfrutar de tu bondad
junto con todo tu pueblo!
Por eso me armo de valor,
y me digo a mí mismo:
"Pon tu confianza en Dios.
¡Sí, pon tu confianza en él!". 

lunes, 18 de abril de 2011

SENDERO DE LUZ.: TU ROSTRO ES EL ESPEJO DE TU ALMA.

SENDERO DE LUZ.: TU ROSTRO ES EL ESPEJO DE TU ALMA.: "Dios creó en ti una mujer de valor y luchadora hasta el fin, y no puede el dolor, la tristeza, la soledad, ni nada negativo entrar y menos ..."

BUSCA DENTRO DE TU ALMA.


Paseaba un día en la mañana, con mi padre, cuando él se detuvo en una curva en medio de una carretera vieja, con poca fluencia de vehículos y de gente, eso fue lo que observaba en ese momento, y después de un espacio de silencio me preguntó mi padre:

¿Andrés, además del cantar de los pájaros, el radiante sol, el olor de las rosas que están mas allá de la montaña escuchas alguna otra cosa más hijo mío?

Vi hacia mi alrededor y después de algunos segundos le respondí:
Estoy escuchando el ruido de una carreta, padre.

Así es - dijo mi padre-

Es una carreta que se encuentra vacía hijo.
Pregunté a mi padre:

¿Cómo sabes que es una carreta vacía, sí aún no la vemos papá?
Entonces mi padre me respondió:

Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido Andrés.
Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.
Paso el tiempo, transcurrió los años, mi padre se me fue, a un viaje muy lejos, me convertí en adulto, y hasta hoy en día, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todas las personas a su alrededor, siendo
inoportuna o a veces muy violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente, creyéndose mas que los demás seres humanos, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo:

"Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace".

La humildad consiste en la vida callar las virtudes que llevamos por dentro y darle paso a que los demás las descubran. No es fácil encontrar la humildad, pero es un trabajo que debemos hacer, día tras día, por eso hay que recordar siempre esto, y
darnos cuenta que existen personas tan pobres de alma, que lo único que tienen es dinero.  




Y ningún ser humano se encuentra más vacío que, aquel que está lleno de egoísmo, de envidia y de rencores, que no llevan a nada.

Es por ello que dentro de esta corta vida, donde estamos de paso, tenemos que valorar cada segundo de ella, es entonces cuando me di cuenta que envejecer en la vida es una etapa obligatoria, pero que tener la madurez que buscamos, esta en cada uno de nosotros, es decir, es opcional.


Colaboración de Pablo Enrique Gutierrez Y.


Para tener un buen dialogo y una buena relación, hay que aprender a escuchar para comprender bien lo que su interlocutor le quiere expresar, como también es necesario pensar bien antes de expresar o comentar alguna opinión.

Es frecuentes encontrarse con personas que hablan todo el tiempo a veces haciendo alardes de lo que tienen, y a veces hasta de lo que imaginan tener, y no dejan hablar a nadie lo que impacienta y deja una mala impresión y hacen de lo debiera se un dialogo interesante y productivo un monólogo sin sentido.


Salmos 25:4-5



"Dios mío

,
enséñame a vivir


como tú siempre has querido


Tú eres mi Dios y salvador,


y en ti siempre confío".


sábado, 9 de abril de 2011

DOS CAMINOS UNO ANGOSTO Y UNO ANCHO. ¿CUÁL ELIGES TU?.


REFLEXIÓN
¿CAMINO AL CIELO? O ¿AL INFIERNO?.


Pero estrecha es la puerta, y angosto el camino que conduce a la vida,
y son pocos los que la encuentran. (Mateo 7:14)
Un día, mientras caminaba por la calle, un hombre de "éxito", candidato a la presidencia de la República, es trágicamente atropellado por un camión y muere.
Su alma llega al Paraíso y se encuentra en la entrada a San Pedro en persona.
- Bienvenido al paraíso, le dice San Pedro. Antes de que te acomodes, parece que hay un problema. Verás, muy raramente un político importante ha llegado aquí y no estamos seguros de qué hacer contigo.
- No hay problema, déjame entrar, le dice el hombre.
- Me gustaría, pero tengo órdenes desde lo más Alto. Lo que haremos será hacerte pasar un día en el infierno y otro en el Paraíso, y luego podrás elegir donde pasar la eternidad.
- De hecho, ya lo he decidido. Prefiero estar en el Paraíso, dice el candidato.


- Lo siento, pero tenemos nuestras reglas. Y con esto San Pedro acompaña al candidato al ascensor y baja, baja hasta el infierno.

Las puertas se abren y se encuentra justo en medio de un verde campo de golf. A lo lejos hay un club y de pie delante de él están todos sus amigos políticos que habían trabajado con él, todos vestidos con traje de noche y muy contentos. Corren a saludarlo, lo abrazan y recuerdan los buenos tiempos en los que se enriquecían a costa del pueblo. Juegan un agradable partido de golf y luego por la noche cenan juntos en el club con langosta y caviar. Se encuentra también al Diablo, que de hecho es un tipo muy simpático y se divierte mucho contando chistes y bailando. Se está divirtiendo tanto que, antes de que se de cuenta, es ya hora de irse.
Todos le dan un apretón de manos y lo saludan mientras sube al ascensor. El ascensor sube, sube, sube, y se reabre la puerta del paraíso donde San Pedro lo está esperando.
- Ahora es el momento de pasar al paraíso.


Ahí el candidato pasa las 24 horas sucesivas pasando de nube en nube, tocando el arpa y cantando. Se divierte mucho y, antes de que se de cuenta, las 24 horas ya han pasado y San Pedro va a buscarlo.
- Entonces, has pasado un día en el infierno y otro en el Paraíso. Ahora debes elegir tu eternidad.
El Hombre reflexiona un momento y luego responde:
- Bueno, no lo habría dicho nunca, quiero decir, el Paraíso ha sido precioso, pero creo que he estado mejor en el infierno.
Así que San Pedro lo acompaña hasta el ascensor y otra vez baja, baja, baja, hasta el infierno.

Cuando las puertas del ascensor se abren se encuentra en medio de una tierra desierta cubierta de porquería y desperdicios. Ve a todos sus amigos, vestidos con trapos, que están recogiendo los desperdicios y metiéndolos en bolsas negras.
El Diablo lo alcanza y le pone un brazo en el cuello.
- No entiendo, balbucea el Candidato. Ayer estaba aquí y había un campo de golf y un club y comimos langosta y caviar y bailamos y nos divertimos mucho. Ahora todo lo que hay es una tierra desierta llena de desperdicios y mis amigos parecen unos miserables.
El Diablo lo mira, sonríe y dice:
- Ayer estábamos en campaña. Hoy, ya votaste por nosotros!!!



REFLEXIÓN: Lo anterior, en cierta forma es un cuento, y puedes estar riendo, pero, así mismo es el comportamiento de los dos reinos hoy aquí en la tierra, el Príncipe de este mundo, Satanás, siempre está en campaña y te muestra los placeres del mundo, su reino, para que tú votes hoy en donde vas a vivir la eternidad. Pero Cristo, a través del Evangelio, te muestra una vida que te parece austera, mas yo te digo que no es así. Todos somos tentados por que la tentación está a la orden del día, es el arma fuerte del príncipe de este mundo, pero Dios nos creó con voluntad y albedrío; y nos ha dado un Espíritu de poder y de dominio propio, el mismo que tuvo Jesús, el Cristo, en el desierto cuando fue tentado por Satanás.


Tu dirás, ¡ah, pero es que Jesucristo es Dios! y por lo tanto no podía ceder a la tentación de Satanás. Jesús fue ciento por ciento hombre, y nadie puede ser tentado de algo a lo que no puede ceder. Existen personas a las que no les gusta la leche, a estas personas les pueden ofrecer a cambio de algo un vaso de leche y no van a ceder porque la leche no les es tentación para ellas. Al hombre no se le puede ofrecer un plato de pasto, porque el pasto no es tentación para él.


El Diablo sabía quién era Jesús, el no lo tentó ignorantemente, y porque sabía que era hombre, sabía que podía ceder y por eso lo tentó.
Los placeres del mundo son efímeros, la eternidad no. En la tierra vivimos a lo sumo 90 años; después de esto sigue la ETERNIDAD. Gálatas 5:19-21 dice: "Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje; idolatría y brujería; odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos y envidia; borracheras, orgías, y otras cosas parecidas. Les advierto ahora, como antes lo hice, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios." (NVI). Otros textos concordantes son: Colosenses 3:5-8 y Apocalipsis 21:8, léelos.


Te invito a que reflexiones sobre tus actos, tu vida. Te invito a que leas LA BIBLIA. Apocalipsis 3:20 "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo."

PENSAMIENTO: Busca la Luz que ilumine tu camino a la eternidad.



Colaboración de Jaime Prieto Rodríguez
Colombia


Dios hizo una creación maravillosa.
Dios todo lo hermoso que creó es para
honrarlo, admirarlo, vivirlo y disfrutarlo.
Dios te creó con libre pensamiento y de
libre albedrío para que aprendieras a
decernir lo bueno  y lo malo y decidieras
que camino tomar.
Dios depositó en ti muchos dones, solo tienes 
que descubrirlos y desarrollarlos en enaltecer 
la palabra de Dios .
Disfruta tu vida en forma moderada y siempre
con pensamientos positivo, que te de como resultado que donde estés, donde vayas, el resultado sea siempre pasarlo bien, hacer el 
bien y vivir en paz, con amor y felicidad.
De ti depende que en el donde estés, con quien estés o lo que estés haciendo o viviendo sea de
la voluntad de Dios.

Recuerda que está en ti que nada negativo entre en tu vida y que por el sendero de vida que andes
siempre es bueno entregar amor, paz y con una sonrisa contagiar la alegría y felicidad a los demás.
Con estas actitudes y acciones enalteces tu ser y agradas a Dios.
Dios te Bendiga y entrega mensajes de Dios, a todo el mundo.
Elías Vergara.
Chile.


Juan 1:12

"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios


Exodo 33:14

"Mi presencia irá contigo, y te daré descanso".




Proverbios 15:26

"El Señor no soporta los planes malvados,
pero le agradan las palabras sin malicia".



La hermosa creación de Dios: LA TIENDA DEL CIELO. GRACIAS PADRE CELESTIAL POR E...

La hermosa creación de Dios: LA TIENDA DEL CIELO. GRACIAS PADRE CELESTIAL POR E...: "Andaba yo por la carretera de la vida tiempo atrás y un día vi un letrero que decía: 'La tienda del cielo'.Cuando me aproximé, la puerta se..."