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domingo, 31 de octubre de 2010

LA VIDA TIENE SENTIDO



La vida empieza a tener sentido cuando ayudas a otro a ponerse de pie y a andar.
Cuando respiras hinchando tus pulmones de aire, y notas que no estás solo a pesar de estar en el desierto. Cuando miras al cielo y ves las estrellas que dominan el firmamento, y comprendes que no estás solo, comprendes que la vida es mucho más que el simple palpitar de tu corazón.
La vida tiene sentido cuando andas, cuando evolucionas, y no dejas tras de ti amargura.
Cuando tras de ti has dejado amigos y hermanos, cuando has dejado un grato recuerdo en todo aquel que te ha conocido, es cuando la vida tiene sentido.
Si tras de ti has dejado odio, ésas serán las raíces que darán en el futuro frutos amargos; si la planta que crece tiene raíces de amor, los frutos serán dulces y serán tu alimento en el andar de cada día.


Apoya tu mano sobre el hombro de aquellos que andan contigo, porque si te sientes débil ellos te reconfortarán y si te sientes fuerte andarás más de prisa.
No te ates a las alabanzas. El que te quiere no te alaba, te apoya sin palabras. Sabrás quién es el que te quiere cuando te veas reflejado en él.
Busca tu gloria, en la gloria de los demás, y los demás buscarán su gloria en ti. Si hablas a los demás, que tu palabra sea limpia; pero no hables con orgullo, porque hacerlo es hablar con falsedad.
Usa todo lo que la naturaleza pone a tu alcance. No malgastes tu tiempo. Tienes poco tiempo; justo el que estás disfrutando ahora. Trata de conocerte. No te mal utilices. Busca dentro de ti la solución a tus problemas.


Si tienes que atarte, átate a ti mismo.
No culpes a los demás de tus propios errores. Sé tu propio juez; pero un juez justo. Si andas por un bosque ten cuidado, porque habrá ramas bajas, te puedes golpear contra esas ramas.
No es necesario que las cortes, simplemente agáchate un poco para volver a levantarte inmediatamente, la rama quedará frustrada en su intento de dañarte.


No pronuncies la palabra imposible!, porque todo es posible dentro de ti si vas dirigido positivamente, si vas dirigido negativamente, poco a poco te irás hundiendo; conseguirás tal vez logros parciales, inmediatos, pero te estarás hundiendo. Si vas positivamente, quizás los logros sean más a largo plazo, pero te estarás elevando.
Sólo pasa hambre el que no sabe que tiene dos manos. Si alimentas tu cuerpo para que te sirva, debes también alimentar tu alma, para que también te sirva. Un alma poco alimentada es un alma débil, sin fuerza. Un alma bien alimentada es un alma que genera energía, que contagia, que anima. Cuida bien todas aquellas cosas que afectan la evolución de tu alma. Nunca hables con miedo, porque las palabras se volverán contra ti. Si tienes miedo no hables, porque el miedo es también contagioso.


Habla mirando a los ojos, transmite tu fuerza en tu mirada. Si quieres saber cómo es Dios, mira volar un ave, mira crecer una flor, mira a los astros moverse, y verás que en ellos se expresa la perfección
Lucas 11:9



"Así que yo les digo: Pidan, y Dios les dará; busquen, y



 encontrarán; llamen a la puerta, y se les abrirá".

MIRANDO LAS ESTRELLAS....COMPRENDÍ EL VALOR QUE NO LE DAMOS A LA VIDA Y AL AMOR...


Mirando las estrellas me di cuenta, que en cada una de ellas
existe un paraíso. Mirándolas a ellas descubrí la infinidad de cosas que 
perdemos.
Ellas que están allá, tan lejos de éste mundo, al menos sobreviven con
su pequeño brillo; y nosotros acá, tan llenos de momentos, nos sentimos 
morir cuando algo se termina.
Mirando las estrellas comprendí el valor que no damos a la vida. 
Cuando ésta sin querer nos quita cosas, pensamos que es injusta y 
olvidamos que sin ella no seríamos quienes somos.
Hoy sin pensar vi volar una estrella en su gran mundo. . . La vi volar 
sin rumbo y la noté perdida.
Me di cuenta que a veces no sólo en éste mundo existe soledad . . . 
que ellas también la sienten, como cualquier persona, pero al menos 
siguen brillando, buscando una razón para salir de ella.
En cambio acá, nosotros, pensamos que estar solos es el fin de la 
vida; y no nos damos cuenta que a veces la soledad nos ayuda a 
encontrar respuestas que no estaban.....

Mirando las estrellas pude ver, que la felicidad llega en cualquier momento. . . 
que todo se termina en éste mundo, . .  hasta lo más hermoso, . . .hasta lo 
más molesto y doloroso.
Hoy mirando una estrella, sentí el calor de aquel amor que se fue... Y descubrí 
que en ella están los sueños, los besos y aquel tiempo que se perdió algún 
día.
Comprendí que el amor tiene un millón de vueltas . . . Que a veces nos 
sorprende . . . nos da felicidad, y a veces se transforma en lo peor que hay.....
Mirando una de ellas, crecí un poquito más. Aprendí a sonreír, y a ver la 
realidad. Mirando una de ellas, pude ver la verdad:

que no sirve el ORGULLO cuando existe AMISTAD;
que no sirve LLORAR cuando un amor se va;
que no vale la pena aprender a CALLAR;
que no existen FRONTERAS cuando tenemos VIDA y que
¡¡¡¡ La vida lejos de Jesus es demasiado triste y sin sentido !!!!!

APRENDER A VIVIR, ES LO MEJOR QUE HAY ! ! ! !
Cuando quieras ser amado con todo, necesitas amar con la misma fuerza que 
respiras y con el mismo gozo que ríes.
A veces las personas se aferran al pasado, solo porque desconocen que Dios, 
en el futuro les tiene preparado algo mejor.
 La presencia de Dios, entra en tu corazón para destruir toda tristeza, angustia, desesperación y ansiedad. Dios te hace libre y feliz.
Dios, es experto en cambiar lágrimas por sonrisas, tristezas por alegrías y 
problemas por bendiciones. Para los buenos momentos ten: gratitud, para los 
malos: esperanza.... y cada día una nueva ilusión......

miércoles, 27 de octubre de 2010

NO CREO EN DIOS. REFLEXIÓN.



Erase una vez un hombre que no creía en Dios. No tenía reparos en decir lo que pensaba de la religión y las festividades religiosas, como la Navidad. Su mujer, en cambio, era creyente a pesar de los comentarios desdeñosos de su marido.
Una Nochebuena en que estaba nevando, la esposa se disponía a llevar a los hijos al oficio navideño de la parroquia de la localidad agrícola donde vivían. Le pidió al marido que los acompañara, pero él se negó.
-¡Qué tonterías! -arguyó-. ¿Por qué Dios se iba a rebajar a descender a la tierra adoptando la forma de hombre? ¡Qué ridiculez!


Los niños y la esposa se marcharon y él se quedó en casa.
Un rato después, los vientos empezaron a soplar con mayor intensidad y se desató una ventisca. Observando por la ventana, todo lo que aquel hombre veía era una cegadora tormenta de nieve. Y decidió relajarse sentado ante la chimenea.
Al cabo de un rato, oyó un golpazo; algo había golpeado la ventana. Luego, oyó un segundo golpe fuerte. Miró hacia afuera, pero no logró ver a más de unos pocos metros de distancia. Cuando empezó amainar la nevada, se aventuró a salir para averiguar qué había golpeado la ventana.


En un campo cercano descubrió una bandada de gansos salvajes. Por lo visto iban camino al sur para pasar allí el invierno, y se vieron sorprendidos por la tormenta de nieve y no pudieron seguir. Perdidos, terminaron en aquella finca sin alimento ni abrigo. Daban aletazos y volaban bajo en círculos por el campo, cegados por la borrasca, sin seguir un rumbo fijo. El agricultor dedujo que un par de aquellas aves habían chocado con su ventana.


Sintió lástima de los gansos y quiso ayudarlos.
-Sería ideal que se quedaran en el granero -pensó-. Ahí estarán al abrigo y a salvo durante la noche mientras pasa la tormenta.
Dirigiéndose al establo, abrió las puertas de par en par. Luego, observó y aguardó, con la esperanza de que las aves advirtieran que estaba abierto y entraran.


 Los gansos, no obstante, se limitaron a revolotear dando vueltas. No parecía que se hubieran dado cuenta siquiera de la existencia del granero y de lo que podría significar en sus circunstancias. El hombre intentó llamar la atención de las aves, pero sólo consiguió asustarlas y que se alejaran más.
Entró a la casa y salió con algo de pan. Lo fue partiendo en pedazos y dejando un rastro hasta el establo. Sin embargo, los gansos no entendieron.


El hombre empezó a sentir frustración. Corrió tras ellos tratando de ahuyentarlos en dirección al granero. Lo único que consiguió fue asustarlos más y que se dispersaran en todas direcciones menos hacia el granero. Por mucho que lo intentara, no conseguía que entraran al granero, donde estarían abrigados y seguros.


-¿Por qué no me seguirán? -exclamó- ¿Es que no se dan cuenta de que ese es el único sitio donde podrán sobrevivir a la nevasca?
Reflexionando por unos instantes, cayó en la cuenta de que las aves no seguirían a un ser humano.
-Si yo fuera uno de ellos, entonces sí que podría salvarlos -dijo pensando en voz alta.


Seguidamente, se le ocurrió una idea. Entró al establo, agarró un ganso doméstico de su propiedad y lo llevó en brazos, paseándolo entre sus congéneres salvajes. A continuación, lo soltó.
Su ganso voló entre los demás y se fue directamente al interior del establo. Una por una, las otras aves lo siguieron hasta que todas estuvieron a salvo.


El campesino se quedó en silencio por un momento, mientras las palabras que había pronunciado hacía unos instantes aún le resonaban en la cabeza:
-Si yo fuera uno de ellos, ¡entonces sí que podría salvarlos!
Reflexionó luego en lo que le había dicho a su mujer aquel día:
-¿Por qué iba Dios a querer ser como nosotros? ¡Qué ridiculez!
De pronto, todo empezó a cobrar sentido. 


Entendió que eso era precisamente lo que había hecho Dios. Diriase que nosotros éramos como aquellos gansos: estábamos ciegos, perdidos y a punto de perecer. Dios se volvió como nosotros a fin de indicarnos el camino y, por consiguiente, salvarnos. El agricultor llegó a la conclusión de que ese había sido ni más ni menos el objeto de la Natividad.
Cuando amainaron los vientos y cesó la cegadora nevasca, su alma quedó en quietud y meditó en tan maravillosa idea.


 De pronto comprendió el sentido de la Navidad y por qué había venido Jesús a la Tierra. Junto con aquella tormenta pasajera, se disiparon años de incredulidad. Hincándose de rodillas en la nieve, elevó su primera plegaria: "¡Gracias, Señor, por venir en forma humana a sacarme de la tormenta!"

Erase una vez un hombre que no creía en Dios. No tenía reparos en decir lo que pensaba de la religión y las festividades religiosas, como la Navidad. Su mujer, en cambio, era creyente a pesar de los comentarios desdeñosos de su marido.
Una Nochebuena en que estaba nevando, la esposa se disponía a llevar a los hijos al oficio navideño de la parroquia de la localidad agrícola donde vivían. Le pidió al marido que los acompañara, pero él se negó.
-¡Qué tonterías! -arguyó-. ¿Por qué Dios se iba a rebajar a descender a la tierra adoptando la forma de hombre? ¡Qué ridiculez!

Los niños y la esposa se marcharon y él se quedó en casa.
Un rato después, los vientos empezaron a soplar con mayor intensidad y se desató una ventisca. Observando por la ventana, todo lo que aquel hombre veía era una cegadora tormenta de nieve. Y decidió relajarse sentado ante la chimenea.
Al cabo de un rato, oyó un golpazo; algo había golpeado la ventana. Luego, oyó un segundo golpe fuerte. Miró hacia afuera, pero no logró ver a más de unos pocos metros de distancia. Cuando empezó amainar la nevada, se aventuró a salir para averiguar qué había golpeado la ventana.

En un campo cercano descubrió una bandada de gansos salvajes. Por lo visto iban camino al sur para pasar allí el invierno, y se vieron sorprendidos por la tormenta de nieve y no pudieron seguir. Perdidos, terminaron en aquella finca sin alimento ni abrigo. Daban aletazos y volaban bajo en círculos por el campo, cegados por la borrasca, sin seguir un rumbo fijo. El agricultor dedujo que un par de aquellas aves habían chocado con su ventana.

Sintió lástima de los gansos y quiso ayudarlos.
-Sería ideal que se quedaran en el granero -pensó-. Ahí estarán al abrigo y a salvo durante la noche mientras pasa la tormenta.
Dirigiéndose al establo, abrió las puertas de par en par. Luego, observó y aguardó, con la esperanza de que las aves advirtieran que estaba abierto y entraran. 

Los gansos, no obstante, se limitaron a revolotear dando vueltas. No parecía que se hubieran dado cuenta siquiera de la existencia del granero y de lo que podría significar en sus circunstancias. El hombre intentó llamar la atención de las aves, pero sólo consiguió asustarlas y que se alejaran más.
Entró a la casa y salió con algo de pan. Lo fue partiendo en pedazos y dejando un rastro hasta el establo. Sin embargo, los gansos no entendieron.
El hombre empezó a sentir frustración. Corrió tras ellos tratando de ahuyentarlos en dirección al granero. Lo único que consiguió fue asustarlos más y que se dispersaran en todas direcciones menos hacia el granero. Por mucho que lo intentara, no conseguía que entraran al granero, donde estarían abrigados y seguros.


-¿Por qué no me seguirán? -exclamó- ¿Es que no se dan cuenta de que ese es el único sitio donde podrán sobrevivir a la nevasca?
Reflexionando por unos instantes, cayó en la cuenta de que las aves no seguirían a un ser humano.
-Si yo fuera uno de ellos, entonces sí que podría salvarlos -dijo pensando en voz alta.
Seguidamente, se le ocurrió una idea. Entró al establo, agarró un ganso doméstico de su propiedad y lo llevó en brazos, paseándolo entre sus congéneres salvajes. A continuación, lo soltó.

Su ganso voló entre los demás y se fue directamente al interior del establo. Una por una, las otras aves lo siguieron hasta que todas estuvieron a salvo.
El campesino se quedó en silencio por un momento, mientras las palabras que había pronunciado hacía unos instantes aún le resonaban en la cabeza:
-Si yo fuera uno de ellos, ¡entonces sí que podría salvarlos!
Reflexionó luego en lo que le había dicho a su mujer aquel día:

-¿Por qué iba Dios a querer ser como nosotros? ¡Qué ridiculez!
De pronto, todo empezó a cobrar sentido. Entendió que eso era precisamente lo que había hecho Dios. Diriase que nosotros éramos como aquellos gansos: estábamos ciegos, perdidos y a punto de perecer. Dios se volvió como nosotros a fin de indicarnos el camino y, por consiguiente, salvarnos. El agricultor llegó a la conclusión de que ese había sido ni más ni menos el objeto de la Natividad.
Cuando amainaron los vientos y cesó la cegadora nevasca, su alma quedó en quietud y meditó en tan maravillosa idea. De pronto comprendió el sentido de la Navidad y por qué había venido Jesús a la Tierra. Junto con aquella tormenta pasajera, se disiparon años de incredulidad. Hincándose de rodillas en la nieve, elevó su primera plegaria: "¡Gracias, Señor, por venir en forma humana a sacarme de la tormenta!"
Juan 15:13

"Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos".

Juan 16:23

"De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará"

martes, 26 de octubre de 2010

SEGUIRÉ ADELANTE. PENSAMIENTO.



Voy a seguir creyendo, aún cuando la gente lamentablemente pierda la esperanza.
Voy a seguir dando mucho amor, auque otras personas siembren odio.


Voy a seguir construyendo alrededor mío, aún cuando otros destruyan.
Voy a seguir hablando de paz, aún en medio de una terrible guerra.
Voy a seguir iluminando el camino, aún en medio de la oscuridad total.
Y, seguiré sembrando, aunque otras personas pisen la cosecha.


Y, seguiré gritando al viento y al mundo, aún cuanto otros callen.
Y, dibujaré muchas sonrisas, en algunos rostros con lágrimas.
Y, transmitiré alivio, cuando vea que las personas tienen dolor

Y, regalaré motivos de alegría, donde vea y haya tristezas.

Invitaré a caminar a cualquiera que decidió por su cuenta quedarse en un sitio y levantaré los brazos a los que se han rendido, y no tienen ninguna esperanza.


Porque en medio de la desolación, y la amargura siempre habrá un niño vigilante que nos mirará esperanzado, y la vez tratando de esperar algo de nosotros, y aún en medio de una gran tormenta.
Por algún lado saldrá brillante el sol matutino, y en medio del desierto árido crecerá una planta, llena de flores y de frutos.


Siempre habrá un pájaro cantando alegremente alrededor nuestro, habrá también un niño que nos sonreirá alegremente y una mariposa que nos brinda su belleza silvestre.


Seguiré adelante, entregando un mensaje de paz.
Seguiré adelante, entregando un mensaje de amor.
Seguiré adelante, entregando un mensaje de unidad.
Seguiré adelante, entregando un mensaje de alegría.
Seguiré adelante, cumpliendo los propósitos de Dios..


Seguiré adelante, llegando a cada corazón desolado.
Seguiré adelante, llegando a cada corazón necesitado de amor y compañía con ese amor de amistad y hermandad.


Santiago 3:17

"Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura,

 después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y 

de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.

domingo, 24 de octubre de 2010

DE LA DE LA CIMA AL ABISMO Y DEL ABISMO A LA LUZ DE UN NUEVO AMANECER

Basta mirar nuestro derredor y el temor nos invade, hay tanta inseguridad e inestabilidad en lo que nos rodea que nos sujeta a presiones constantes y solemos dejar a un lado las expresiones optimistas y mucho menos creernos vencedores.

La impotencia y aflicccion nos pueden quitar todo menos la fe y el amor de Dios, por esta razon por grande que sea el mal que maquinen nunca podran hacer miserable a un sincero creyente.
Michael J Fox, una estrella que brilló entre los años 80 y 90, tuvo el rol principal en la película Regreso del futuro fue diagnosticado con el mal de Parkinson hace 19 años, lo que detuvo su carrera. Ahora tiene una fundación buscando la cura de esta terrible enfermedad. " tuve una carrerra exitosa, una bella familia.


 Pero fui probado cuando luché con el alcohol y la vida disipada y aun mas cuando me diagnosticaron ese degenarativo mal. No estoy simplemente buscando una cura, sino hacer realmente una diferencia en mi vida."



La buena actitud y la humildad son cruciales para adquirir el caracter que necesita para vencer. 


En medio de todo el descubrio su fe en Dios, el amor a su familia y aprendió que cuando las cosas están mal, es una oportunidad de hacer mejoras en la calidad de vida y vivir cada dia con la esperanza puesta en cada aspecto de ella.


 "Hay muchas cosas a las que estuve acostumbrado que no podrán ser, hay muchas cosas que jamas haré..pero hay mas cosas que hago que nunca hice antes"...